martes, 29 de junio de 2010

Salao'

Se agrandó la negra

Queríamos conocer el salar, pero ya desde Tupiza, las agencias de turismo nos venían tirando unos precios desorbitados: 1000 pesos bolivianos, que los bajaban hasta 800 por persona como muy poco (esto equivale a algo así como 600 pesos argentinos). No estaba en nuestro presupuesto.
Ya estábamos en Uyuni, y como quedaba bastante más cerca del salar (25 kms) volvimos a consultar con los agentes de turismo que te saltan al cuello ni bien pisás el pueblo, pero los precios seguían sin cerrar, así que decidimos intentar un "mini tour" por nuestra cuenta, que según los mismos agentes, obviamente, era imposible.
Paramos dos noches en Uyuni y una mañana, despuès de hacer unas averiguaciones, decidimos salir.
Luqui, Ger y Cata se fueron hasta "la terminal" (un grupo de micros en pésimo estado, aglomerados en una cuadra con un boulevard en el medio) y yo los acompañé con la negra para ver dónde los iba a dejar el micro para poder encontrarnos ahí.

Con la negra en "la terminal"

El chofer, como está todo arreglado con las empresas de turismo, les dice que ese micro recorre el salar, de hecho va hasta la Isla del Pescador (lugar turístico dentro del salar), pero que no los puede llevar, que los puede dejar en colchani, un pueblo ínfimo que queda a orillas del salar. Ahí fuimos.
Fueron 20 kms del peor ripio de todos.
Lllegamos al pueblo, buscamos un poco, y dimos con el único hospedaje que hay. Una construcción hecha toda de sal, como cada una de las casas y cosas que hay en ese pueblo. Un lugar increíble.

En el patio del único hostal de Colchani

Esa misma tarde, con Cata y la negra hicimos los 5 kms que faltaban para llegar y nos metimos de lleno en el salar. Una locura, un desierto inmenso completamente llano y blanco. Sólo sal (video)
Después de recorrer vaya uno a saber cuántos kilómetros llegamos a una construcción en el medio de la misma nada. El hotel de sal (video)
Charlamos un poco con la amable parejita potosina que estaba a cargo y arreglamos que al día siguiente pasaríamos la noche ahí por la módica suma de 20 bs.
La verdad que estuvieron muy amables ya que el precio real es de 20 dólares, algo así como siete veces lo que terminamos arreglando.
Y así fue. Al día siguiente nos cargamos el equipaje y los cuatro (Luqui, Ger, Cata y yo) encaramos para el hotel. Con la negra habremos llegado en media hora, pero los chicos se caminaron como dos horas por el medio del desierto, sacrificio que quedó chiquitito al lado de los atardeceres y amaneceres que nos comimos en ese lugar.

Jueguito en el salar

FOTOS SALADAS

Señora en busca de señal, la tecnología llegó a Colchani

Montañas de sal

Cata refugiada


Negra salada y el reflejo del desierto

Atardecer y luna llena 


sábado, 26 de junio de 2010

Bolivia Rally

La negra en la frontera, mientras me enfermaban a trámites


Todo indica que éste es el camino que me lleva a Tupiza, pero por las dudas freno al lado de esos trabajadores que están asfaltando la ruta y pregunto. La respuesta es unánime, y sin dudarlo me dicen: 
-¡Si! y ya está todo asfaltado hasta Tupiza.
¡Que fiesta! (pienso). Agradezco y sigo camino.
Manu Chao con "Clandestino" me acompaña sonando bien fuerte ya que el casco me aprieta mucho los auriculares. No llega a terminar el primer tema, que en la ruta aparece un cartel: Desvío, y una flecha para la derecha.
No se puede seguir por la ruta. El desvío conduce al ex camino de ripio. ¡90 kilómetros de ripio! y con serrucho muy pronunciado.

El ripio jodido, camino a Tupiza

¡Pobre negra! la vibración que provoca el serrucho (como le dicen acá) hace que pierda el espejo derecho (previamente arreglado con la gotita y cinta aisladora, porque se había salido con una caída en Iruya) y que se rompa la carcasa de plástico del farol delantero. 
Como si fuera poco, durante los 90 kms el camino de asfalto a estrenar mirando a un costado como gozándonos.
Claro, los amigos de la obra se olvidaron de decirme que estaba todo asfaltado pero que no estaba habilitado aun. 
Ya van casi tres horas de viaje y los cactus están por todos lados. Estamos llegando a Tupiza.
Cactus, mucho verde y montañas rojas arman el paisaje característico de esa ciudad.

Cactus, cactus y más cactus, llegando a Tupiza

¡Llegamos! una cervecita en la plaza, a buscar hospedaje y a esperar a Luqui, Ger y Cata (los que quedaron de "La Comunidad") que llegan en el tren de las 7 de la noche.

Cargando nassssta, ni bien llegamos a Tupiza

FOTOSUELTAS

Colores en Villazón. Pollo broaster (frito)


En camión, a dedo, volviendo de Tupiza a Villazón para hacer unos trámites. La dejé a la negra descansando


Cata no llegaba a la parte de arriba del camión y espiaba por el costado


Video camino a San Juan, Salta (homenaje a los videos "perdidos" del Teto)


Video en el camión del dedo




jueves, 17 de junio de 2010

Últimas imágenes antes de cruzar la frontera

Hola amigos! Les escribo recién llegado a Tupiza, Bolivia. Disculpen la desaparición pero en los lugares donde estuve ultimamente no tuve la posibilidad de conectarme. Lo que si fui haciendo fue sacar fotos para seguir compartiendo el viaje. Ahí van algunas: Iruya, San Isidro y "La laguna verde" que no fue.
En la próxima... Bolivia Rally

Chola futbolera, mirando el partido entre "La Banda" y "La Toma", dos barrios de Iruya. Gran folklore dominguero en las montañas de Salta

La Negra con nuevo luc, en Iruya

 Las mejores empanadas del mundo

 El nuevo San Isidro, Llegó la electricidad en enero


Flor de montaña


Camino a la Laguna Verde, sin guía, no recomendable. Despuès de 8 horas de caminata siempre parriba siguiendo las indicaciones del mapa que nos hizo Ubando, el esposo de Teresa, no la pudimos encontrar


Un muzgo raro de las alturas


 A punto de comprar aceite, la negra cargada y por cruzar la frontera. En la proxima... Bolivia. Salute amigos!



miércoles, 9 de junio de 2010

Blanco y Negro


Acá les dejo algunas fotitos para que se vayan entreteniendo.
En el próximo post, Iruya, San Isidro, y, si no nos perdemos en el medio de la montaña, Laguna Verde !


Risas y música en lo de Gonza, con el francés


El horno de barro


El horno solar


La miniguitarra del francés



Una bicicleta en el techo


Pieces


Piedras y Cactus


No es lo que la mayoría de ustedes piensa, acá se fuma tabaco armado


Más pies

martes, 1 de junio de 2010

Humahuaca, la fiesta no tiene horario (las fotos las subo en un par de días porque en este lugar no las puedo bajar)


Humahuaca, una cocina, una hermosa cocina sin heladera, en la casa de Lirio y Rafo. Adorable pareja, vieja conocida pareja, casi podría decir que es una pareja amiga, sobre todo después del recibimiento que me hicieron después de más de 4 años desde la primera y única vez que nos vimos.
Se acordaban de mi, de mis amigos y de las cosas que yo también recuerdo que hicimos, y al parecer se quedaron con la misma linda sensación que me quedó a mi después de conocerlos.
"Vení, sentate. Vamos a tomar unos mates y chusmear" me dijo Lirio con su cálida voz, después de tener que acercarse mucho para verme y pedirme que le hable más para tratar de recordar mi voz, ya que su principio de ceguera la obligó a agudizar sus sentidos del oído y el tacto como simpáticamente cuenta ella, casi sin preocupación.

La silla de Lirio, en el comedor, al lado de la mesa larga
Al rato aparece Rafo. Sale de su taller (es luthier de instrumentos de viento andinos, según dicen: el mejor de la zona, además de un excelente músico) con su porte serento y tranquilo se sentó en la silla que quedaba vacía en la larga mesa, y después de un rato largo de charla me invitan al festejo de su cumpleaños (los dos cumplen el mismo día). "Me imagino que te quedarás hasta el sábado ¿No?" Me dijo Lirio. La verdad que no estaba en mis planes, pero no le pude decir que no, tenía muchas ganas de participar de esa fiesta que pintaba muy bien, con invitados que venían de muy lejos para saludar a esta pareja loca.
Y así fue, Después de dos días de espera llegó el sábado. Los preparativos habían empezado el día anterior, el viernes a la noche Lirio y Rafo se fueron a pasar la noche a su local de comidas que queda a unas pocas cuadras de la casa para empezar a preparar el locro. ¡14 horas de cocción le pusiron! Desde la una de la mañana del sábado hasta las tres de la tarde que Rafo, ya bastante "machao" porque las primeras damajuanas se abrieron entre guitarras y bombos a las once de la mañana, se fue hasta el local y volvió con una olla de barro gigante con más de 100 porciones de locro para todos los invitados que iban cayendo desde temprano.
La música en vivo no paraba, mientras unos comían, otros tocaban, pero no paraba. Algunos muy buenos músicos, otros hacían sonar el bombo a destiempo siempre asumiendo que no tenían ni idea de como se tocaba eso, pero siempre sintiéndolo.

Una noche por las calles de Humahuaca

Después del locro rafo cayó. Venían sin dormir en toda la noche y el vino le pintó los labios de violeta y lo hizo caer desplomado en la cama a eso de las cuatro de la tarde. Lirio siempre firme en su sillita pero sin poder levantarse asumiendo que se iba a caer, pero siempre a las carcajadas, sanas carcajadas.
Anécdotas graciosas de la homenajeada y su "comadre" (como ella la llamaba) entretenían a los invitados que llegaban y se iban porque todos debieron recorrer largas distancias para llegar al festejo.
Sin poder seguirles el ritmo, y eso que el Domingo Hermanos siempre fue un buen compañero para mi, decidí salir a buscar al resto de mis compañeros de viaje, que me dijeron que estarían llegando ese mismo sábado por la tarde a Humahuaca y no me quería perder el reencuentro. Volvimos a ser los diez del principio, más Delfi que se sumó hace unos días.
Y así fue, los encontré y pasamos la noche en la pensión donde ellos están parando, durmiendo nueve de los once, en bolsas de dormir en una habitación de cuatro por cuatro. Parece imposible, pero es una excelente forma de matar el crudo frío de la noche de Humahuaca.

Gran parte de la banda, calentándonos con el sol de la mañana en la puerta de la pensión
A la mañana me despierto y vuelvo a la casa de Lirio y Rafo. ¡Increíble! serían alrededor de las diez de la mañana y estaba el comedor lleno de gente, música en vivo, damajuanas abiertas, Rafo que se había levantado a las siete de la mañana y desayunado con fernet, tocando melodías hipnotizantes con sus quenas acompañado de familiares y amigos con guitarras; Lirio yéndose a dormir, desde el viernes a la mañana que no lo hacía y estaba cumpliendo 56 años y los primeros platos de locro del mediodía ya se estaban calentando en la olla. Me senté en la mesa, me serví un vaso, y escuchando a esos increíbles músicos me quedé esperando que salga el locro. ¡Una fiesta!


ALGUNAS FOTITOS PARA VIAJAR UN RATO

De Salta a Jujuy por la ruta 9 "La Cornisa", Selva y precipicio (lo que se ve a la izquierda de la foto son copas de árboles muy altos)


Cielo tilcareño



Otro de los hogares en Tilcara


Delfi, Gonza y la Francesa en la cocina, taller, habitación de Gonza


El "loco" Pablo, con su casco de la segunda guerra mundial. Una reliquia que nos prestaron para poder viajar a Jujuy, hicimos más de 200 kms en un día. El recorrido más largo hasta el momento y con una persona a cuestas, los 100 cm3 de la negra se la aguantan


Ger, Cata y Luqui en acción en la escalinata de Humahuaca